España entera está preocupada por la llegada a las costas del Atlántico de la granza de polietileno perdida por el portacontenedores Toconao. Los responsables del envío declaran que saltaron por la borda seis contenedores que contenían cosas tan diversas como tomate frito, neumáticos (¿usados?), metales y papel film. Uno que se despanzurró llevaba más de mil saquitos de 25 kg de granza de polietileno sazonada con sus correspondientes aditivos, protectores frente a la luz solar (UV) y antioxidantes.
En su caída al océano el contenedor liberaró su carga y desparramó por las prístinas aguas del Atlántico 26.500 kg de bolitas de polietileno. Del tomate frito y del film no sabemos nada, pero las bolitas no paran de nadar hasta la playa. Los voluntarios tratan de reducir el impacto ambiental recogiendo “con guantes”, bolita a bolita, porque de la toxicidad/inocuidad de este plástico “alimentario” se sabe poco y no se fían.
Mientras esto ocurre tú sigues dudando si es conveniente, o no, elegir alimentos y bebidas envasados en cristal o cualquier otro recipiente que no sea plástico, o si es más apropiado comprar a granel, o renunciar al super-empaquetado plástico, o si debes dejar tus plásticos en el amarillo. Aun no lo tienes muy claro.
Mientras decides qué hacer, paseas taciturno entre parques, rotondas y terrazas urbanas que algún concejal innovador ha decido tapizar de plástico verde. Sí, no te equivocas, de polietileno sazonado con aditivos UV. Ese mismo material que tanto preocupa en las costas gallegas.
Mi ciudad que no tiene playa (¡Vaya!), soporta la friolera de 57.000 metros cuadrados de plástico polietileno sazonado con aditivos, que tapizan las vías del metro sus aceras y sus rotondas. Solo en césped artificial metropolitano se han empleado 126.000 kg de plástico y aditivos UV; cinco veces mas de lo que cayó por la borda del Toconao. Pero no veo ningún voluntario que se haya presentado a retirar el césped. Menos mal que no es “alimentario”, pienso.
– Nicolás Olea, licenciado y Doctorado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada. Exdirector científico del Instituto Investigación Biosanitaria de Granada e investigador responsable del grupo A15-Oncología Básica y Clínica de este mismo instituto.