La sanidad que queremos

El Servicio Catalán de la Salud (según la memoria de actividad del 2021) hace 63.400.000 de visitas en el año en los Centros de Atención Primaria de Cataluña (332 centros) y los hospitales pagados por el sistema público hacen 800.000 ingresos en el año.

Estos números quieren decir personas, ciudadanos y ciudadanas, el pueblo. Personas que tienen que tener su opinión y participar activamente en la política del país, porque en estos momentos están sufriendo, igual que los profesionales, el deterioro creciente del sistema sanitario, la carencia de calidad, las listas de espera, la carencia de atención presencial y las malas condiciones laborales.

La ciudadanía más consciente y los profesionales estamos reclamando más recursos, el 25% del presupuesto de Sanidad tiene que ir a la Primaria, pero no para hacer el mismo que hasta ahora, con derivación de recursos a la medicina privada, la carencia de eficiencia en salud, la medicalización innecesaria y perjudicial, el gasto creciente en fármacos (negocio de las multinacionales). El presupuesto tiene que ir a aumentar los valores de la Primaria, dedicado a la mejora laboral del núcleo central: médica, enfermera, trabajadora social y administrativa. También para asegurar las condiciones y suficiencia de los apoyos a este núcleo: salud mental, salud de la mujer, fisioterapia, y mejores relaciones con los especialistas y gestores de los hospitales.

Los valores que le pedimos a la Primaria: accesibilidad (visita no urgente en 48 horas) mayoritariamente presencial, continuidad de la asistencia por mi equipo, pericia, salud comunitaria (con promoción y prevención), atención a las Residencias, pruebas diagnósticas y visitas a especialistas en menos de tres semanas, etc. Para hacer esto, hace falta personal suficiente, prestigiado, muy pagado y contento.

Qué le pedimos a los políticos y a los gestores: Transparencia y participación, también valores del que es público, de los bienes comunes, pagados por toda la población (quien paga manda, dicen los catalanes). Nosotros tenemos que mandar, tenemos que tener claro y aceptar en que nos los gastamos y con qué calidad y resultados. Esta tiene que ser nuestro trabajo.

Por eso, proponemos desde hace años la necesidad de constituir órganos de participación de la ciudadanía apoderada y los profesionales en los centros sanitarios, empezando por los Centros de Atención Primaria, (los ciudadanos aliados con los bonos profesionales) no solo comisiones de salud comunitaria en los barrios y Consejo de Salud actuales puramente informativos, sino auténticos órganos de co-gobernanza del equipo de Primaria, con los objetivos de mejora de las condiciones del centro, calidad y defensa, ciudadanía y profesionales, ante la administración, de los corporativismos y de los intereses de corrupción y de negocio. Defendiendo los intereses comunes de la salud de las personas.

Pero todo esto habrá que hacerlo si la Primaria se sale del estado en que lo han llevado los últimos gobiernos, lo ha rematado la pandemia y la gestión de los responsables. Cómo dice una médica de Primaria: “El que está pasando actualmente con la atención primaria era la crónica de una muerte anunciada”. Ahora hace falta, con urgencia, que todos los ciudadanos y ciudadanas que le deben algo a la Primaria (el 80% de Cataluña) la defendemos con firmeza ante las instituciones. Porque su muerte sería también la nuestra. El que está pasando a Madrid no es una anécdota. Aquí, si seguimos como por ejemplo, sin un cambio radical de modelo y gestión, lo tendremos también pronto.